Mi Balance 2020

Luego de 4 años sin grandes trascendencias y en completo abandono literario hoy en la vía: trenes, y buses me han servido de escenario para desnudar un poquito mis sensaciones y escribir sobre el nefasto colofón del primer quinto del siglo XXI, a mi parecer este casi extinto año merece una buena despedida, he aquí unas líneas para con él.
 
El 2020, un año de grandes retos, me ha dejado un agridulce sabor en la boca y en las manos. Por los miles de besos no dados o lanzados al viento para mantener la distancia de seguridad, las despedidas abruptas, pospuestas o frías  a muchos que han marchado con las prisas de una pandemia que tiene mucho por delante aún por descubrir y que nos debería dejar grandes enseñanza personales y colectivas que también están por descubrir.
 
En lo personal voy redibujándome en un nuevo horizonte, donde estoy descubriendo una calma que quizás me proporciona la nueva década. Donde me mantengo con mucha energía y con la curiosidad propia de mi espíritu de búsqueda.  En mi nueva trinchera puedo volver a retribuir a la sociedad donde me desenvuelvo mi granito de arena, que por insignificante que sea, sigue apostando por el deseo de un futuro mejor para todos. Además me ha devuelto la confianza en mí misma y en los desconocidos que pueden ser seductora persona con las que compartir camino y no competir por el camino.
 
Aunque parezca que nos ha restado, retardado, destrozado, deconstruido y presionado seguramente es el inicio de un nuevo comienzo, nos ha enseñado, abierto los ojos, impulsado a reinventarnos, a amarnos en la distancia sin apegos circunstanciales, nos ha entrenado para ser mejores personas, actuar con más responsabilidad colectiva, valorando más los momentos realmente importantes: compañías, risas, abrazos, café, paseos y fiestas con derecho a desayuno pero sobre todo y en lo personal me ha fortalecido,  me ha mostrado una nueva interpretación de verbos como empatizar, reconocer y admirar.  Me ha empujado a valorar  las sonrisas que este año me han proporcionado los ojos sinceros mientras las mascarillas mantienen los labios presos.
 
Agradecida y contenta de despedir el 2020 que se ha llevado muchos afectos y amores que se mantendré  siempre en el corazón, y  deseo que donde estén sigan estando por mí como yo estoy por ellos en mis recuerdos… Conocí el amor verdadero en otra especie, ahora sé aún con más certeza  el valor de ser humana y poder amar a otra especie animal. Gracias Tim… te amo siempre.
 
Os deseo un 2021 diáfano, lleno de esperanza , salud y alegría. Con la confianza de que cada día  que pasa falta uno menos para volverte a tocar, abrazar y besar. Son esas tres últimas cosas las que más anhelo y aspiro en el 2021, no sabía lo sinestésica soy hasta ahora que reconozco que tu mirada es lo más parecido a una caricia. Que interpreto un hermosa sonrisa en tus ojos y me saltan cosquillas en la panza y que cuando te saludo o despido, porque me saltan chispas en brazos y manos que prudentes no deben acercarse a tí. 
 
Espero sean recíprocos todos mis deseos para contigo. Y que el 2021 sigamos creciendo, encontrándonos en escenarios seguros, compartiendo versos y rimas de poemas nuevos y todas las cosas bellas que podamos estrenar.